POEMAS, RESEÑAS DE LIBROS DE POESÍA, TRADUCCIONES, HAIKU.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Reseña de UNA PAZ EUROPEA en VÍSPERAS

UNA PAZ EUROPEA, de FRUELA FERNÁNDEZ
PRE-TEXTOS, POESÍA.

Unos versos de John Berger, “El último día del año/ todas las ciudades pueden disfrazarse/ Impune, Marrakech se prueba la ropa de París/ Madrid se sueña libre/ Trinidad revienta el Banco de Inglaterra”, anteceden, a modo de cita, al conjunto de quince poemas o partes que conforman Una paz europea, del asturiano Fruela Fernández (Langreo, 1982).
            Estos versos del pintor, crítico de arte y escritor británico, así tomados aisladamente, en apariencia, poco o nada tendrían que ver con la obra que nos ocupa, Una paz europea. Sin embargo, nada más alejado de la realidad: esas líneas corresponden a uno de los textos de Un séptimo hombre, “un libro de imágenes y palabras sobre la experiencia de los trabajadores emigrantes en Europa”, según es su subtítulo. Este libro apareció originalmente en 1974, “hecho” por: Sven Blomberg, pintor; Richard Hollis, diseñador; Jean Mohr, fotógrafo, y el propio John Berger. En 2002, aparece la versión en español, a cargo de Eugenio Viejo, publicada por Huerga y Fierro. La explicación a tan singular título viene en el primer texto del álbum, el poema de Attila József, El séptimo, pero viene también, sobre todo, en el segundo, un párrafo que copiamos íntegramente:
“En Alemania (y en Gran Bretaña) uno de cada siete trabajadores manuales es emigrante. En Francia, Suiza y Bélgica alrededor del 25% de la mano de obra industrial la forman extranjeros.”
Otros versos, ya en la página 17, “No es posible la paz/ mientras algún estado/ pueda adquirir a otro/ por herencia/ cambio/ o donación”, adaptación del punto 2 de la breve pero impensablemente adelantada y vigente obra de Kant, La paz perpetua, de 1795, terminan de darnos el marco, los parámetros y la motivación suficiente para adentrarnos en la lectura de estas escuetas 45 páginas.
Así,  lo que vamos a encontrar en Una paz europea es una poliédrica reflexión, desde la experiencia propia y familiar, sobre el fenómeno que generalmente conocemos como “emigración” a lo largo de las últimas décadas en Europa, y sus causas y repercusiones económicas, sociales, políticas y culturales, y cómo éstas han marcado y marcan a las personas, a las familias,  a los pueblos. A otro nivel, se insiste en la idea del desequilibrio entre los países del norte, más industrializados y necesitados de mano de obra, y los países del sur, necesitados de trabajo. El ajuste puntual y transitorio de esas dos “necesidades” es lo que, en irónica propuesta, entendemos aquí como “paz europea”.
Una paz europea se editó a principios de este año en Pre-Textos, Poesía, tras obtener el último Premio “Villa de Cox” (Alicante). Es la tercera obra poética que publica F. Fernández (Círculos, KRK, 2001 y Folk, Pre-Textos, 2013), que trabaja como profesor en la Universidad de Newcastle y ha centrado gran parte de su labor literaria en la traducción del alemán, inglés y francés de un gran número de poetas europeos: H. von Hofmannsthal, M. Louise Kashnitz, Kevin Venneman, Patrick Kavanagh, Georges Rodenbach o Kafka, entre otros. A pesar de lo expuesto y pese al título, y aunque no está exento de una marcada preocupación social, el libro quiere huir de lo trascendental o lo ambicioso, y de lo meramente reivindicativo. En realidad, el autor va intencionadamente hacia lo más personal: sus vivencias como expatriado (el libro está escrito a lo largo de 3 años entre Langreo y las ciudades británicas Hull, Leeds y Newcastle),  su familia de emigrantes y exiliados, su pasado y el de sus antepasados (“Treinta quilómetros en trescientos años,/ como si lleváramos el valle a cuestas”, página 11), su habla y sus raíces (son muy numerosos los términos de léxico asturiano y de topónimos del concejo de Langreo); y algunas experiencias duras, seguro que imborrables por mucho tiempo, y los aprendizajes que inevitablemente conforman su bagaje cultural y vital. Alguna pregunta no explícita parece sobreentenderse bastante antes de terminar la lectura: “¿Qué ha cambiado en este ámbito desde que sus abuelos emigraron tras la guerra?”. Con anterioridad, en la página 13, leíamos: “Mi exilio y tu éxodo no caben en una cama de noventa”.
Es, por tanto, un libro de memorias, de la propia y de la colectiva de una familia, como tantas, de tradición emigrante, y son esas memorias el hilo conductor de la historia de viajes y regresos, nostalgias y reencuentros que se va desgranando a lo largo de las quince escenas descritas los poemas. El primero de ellos, por ejemplo, nos encuadra perfectamente en el escenario principal de esa historia: el valle de Langreo (“Por la parte de Paxumal…”), nos presenta a los personajes, el narrador y su abuelo, y nos pone en situación: un diálogo intergeneracional (“Mi abuelo saca dos sillas de la chabola. Sabes tú que nun soy de muchu charrar, pero le gusta que nos sentemos fuera…”). El último nos lleva a la Plaça del milicia desconegut, hoy Plaça de Sant Josep Oriol, en Barcelona, a ver cómo han cambiado las cosas en ese espacio desde 1936 (“Ahora a la guerra de clase la llaman turismo, la llaman movilidad.”).


Septiembre de 2016.








lunes, 8 de agosto de 2016

ESCRITO EN LA NADA



Quiero un poema que no diga nada
Y que no hable de nadie, o de cualquiera;
Que no dé cuenta de la primavera
O la pasión que enciende una mirada.

Y que esté en todas partes, y en ninguna,
Y que nadie leer ni oír pudiera.
Yo no sé qué poema, o qué quimera
Quiero: perro ladrándole a la luna.

Repudio el son de las caligrafías,
La voz que significa mucho o cuánto,
Y pone límites al infinito.

Temblor del alma, rosa de los días,
Busco, y no sé por qué lo busco tanto,
Un poema que esté en la nada escrito.



domingo, 19 de junio de 2016

JOSÉ ÁNGEL VALENTE: LA FASCINACIÓN DEL ENIGMA

Multiplicador de sentidos, el poema es superior a todos sus sentidos posibles. Y aunque todos ellos nos hubieran sido dados, el poema habría de retener aún de su naturaleza lo que en rigor lo constituye, la fascinación del enigma.

Éste es el comienzo de "Cómo se pinta un dragón", el texto introductorio de Obra poética 2. Material Memoria (1977-1992), de José Ángel Valente. De esta antología, una pequeña muestra:
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CINCUENTENARIO

En mi cincuenta aniversario,
sólo o mientras se oía
el piano de Thelonios Monk mojado por la lluvia,
tuve dolor costal y fuertes calenturas,
coloqué como pude un pétalo en el ojo
izquierdo,
saqué brillo al derecho y fuerzas de miseria
y en posición marcial saludé a las modestas
señales del futuro.

(Mandorla, 1982)




XXXIII

Ya te acercas otoño con caballos heridos,
con ríos que rebasan el caudal de sus aguas,
con sumergidos párpados y vientres sumergidos,
con jardines que bajan descalzos hasta el mar.

Ya llegas con tambores enormes de tiniebla,
con largos lienzos húmedos y manos olvidadas,
con hilos que deshacen en aire la montaña,
con lentas galerías y espejos empañados,
con ecos que aún ocultan lo que ha de ser su voz.

Y de sí desatado el cuerpo envuelto en oros
desciende oscuro al fondo de tu luz.

(El Fulgor, 1984)